LADALA









Aquí en Ladala
los hombres hacen cola
para cubrir cargos
de padres de familia.
Sueñan
con hijas emprendedoras con el hobby de 
nadar en aguas abiertas.
Las mujeres no salen
de la pile
el río
el mar -si tienen suerte-.
Aprovechan sus años fértiles
en nadar
y nadar
como si nada.
Los hombres esperan
y se producen.
En los clubes
los profes de natación
arengan a las amazonas acuáticas
a seguir
livianas y musculosas
solteras y valientes
peladas y depiladas
aeróbicas y tensas
listas para cruzar
grandes aguas.
Los hombres esperan
practican tareas domésticas
alientan a sus preferidas
desde la costa
y se visten lindos
para que las chicas tengan ganas
de abordarlos.





Este árbol de padres
casi se cae de frutos.
Todos los días madura uno.
"Un padre
para el almuerzo
es el mejor alimento."
Al mirar el árbol
la cabeza se inclina hacia atrás
la mirada hacia arriba
y la boca se abre
como los pichones.
El árbol te deja
desear un padre
como una inclinación
natural del cuerpo
como respirar.
Anhelar un padre
como a fruta fresca
y gratuita
que se toma del árbol.
Hambre de regalo.
Regalo del hambre.



II

Del árbol
los padres crecen
boca abajo
y abren sus brazos
para abrigarte al madurar.
Primero se distinguen sus ojos.
Si estamos debajo
y esperamos un padre
los ojos se fijan en tus ojos
y prometen crecer para vos.
Ya es el padre destinado.



III

Difícil aguantar.
Esperar el padre que fijó en tus ojos
hasta que esté listo.
Abrir los brazos
no dejarlo caer al suelo.



IV

Todo él con su piel
y su voz
ya maduras.
Jugoso nutritivo.
O verde todavía
algo tóxico
caído antes de tiempo.
Sin consciencia de padre
sin ganas.
Y sin embargo ya cargado aquí.



V

Qué hacemos.  Eh?
Cómo digerimos el padre verde.
Dulce?
Licor?
Tarta?
Dónde 
conseguir lo necesario.



VI

En Ladala
las chicas que escriben mal
no mueren nunca
y el éxito en todos sus actos
compensa ese defecto.



VII

En Ladala
la tristeza otorga a los infelices
habilidades poéticas
como no sucede
en otro lugar.







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