La cabeza de Maradona cuelga de un palo. En el otro extremo hay una cabeza desconocida, anónima. El palo está horizontal.
En el sueño me doy cuenta: antes de matarlo a Maradona lo torturaron.

Dice el capitán Ahab: "Reconozco tu poder sin palabra y sin morada, pero hasta el último hálito de ese terremoto que es mi vida te voy a disputar el dominio incondicional de mi mismo."
En la novela Moby Dick, de H. Melville.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario